No basta con tener una oferta atractiva, también hay que visibilizarla para que los colaboradores sepan lo que la organización tiene para ellos.
Son múltiples los factores que definen si un trabajador decide quedarse o no en una organización, desde compensaciones económicas hasta el ambiente laboral o el desarrollo profesional que nos entrega ese lugar. Cuando éstos son positivos y generan compromiso, le llamamos Propuesta de Valor al Empleado (PVE).
La PVE abarca los distintos aspectos con que una organización puede generar engagement o compromiso, con el fin de que los colaboradores decidan permanecer en ésta. Estos varían entre una y otra, por lo que, en una primera instancia, es necesario levantar qué es lo que más valora un colaborador de su empresa y cuál es la oferta diferenciadora de ese lugar.
Para ello, tenemos que preguntarnos: ¿Qué nos hace permanecer en un lugar de trabajo?, ¿qué es lo que más valoramos de nuestra empresa?, ¿saben los empleados claramente cuáles son las oportunidades que la organización les ofrece?.
Con esto, podremos construir una PVE clara y definir qué atributos de ésta vamos a comunicar posteriormente a toda la organización. Este punto también es clave a la hora de atraer y retener talentos, sobre todo hoy que los millennials priorizan otros aspectos de la PVE menos tradicionales.
Susana Cáceres, Socia Directora de INTERNAL, afirma que “aunque tengamos una amplia oferta, si ésta no se conoce es muy difícil que un colaborador se comprometa con su empleador o que tome decisiones informadas antes de optar, por ejemplo, por otro trabajo”.
Además, sostiene que “no hay que olvidar que lo que no se comunica no existe, es decir, podemos ser la mejor empresa para trabajar, pero si mis colaboradores no se enteran esa ‘verdad’ no existe”.